Aún estoy atrapado en esa montaña rusa de emociones de lo que fue este fabuloso partido 2 de la final de los Playoffs de la NBA.
No podemos olvidar que hay jugadores maravillosamente talentosos en los dos equipos.
No debemos olvidar que hay detrás de los equipos profesionales multidisciplinarios puliendo cada detalle, definiendo estrategias ofensivas y defensivas, determinando cómo van a lanzar al campo a qué jugadores, con qué funciones, y en qué momentos.
No debemos ni por un instante olvidar que, aunque en el campo están jugando 5 contra 5, detrás hay ciencia y tecnología de punta aplicada para ayudar a equipos técnicos brillantísimo a tomar las mejores decisiones posibles.
No olvidemos que los seres humanos no somos robots, somos humanos, y aunque estos jugadores sean extraordinariamente talentosos y profesionales de un altísimo nivel siguen siendo seres humanos.
Y los seres humanos tenemos momentos felices. Son esos momentos cuando todo sale bien. Cuando todo fluye. Cuando lo que piensas y lo que ejecutas es brillante.
Y entonces en un momento feliz de una brillantez individual y colectiva perfecta se produce un increíble 18 – 0 a favor de los Warriors.
Antes el dominio era de los Raptors.
Antes el partido 2 parecía que se iba claramente para los Raptors.
Antes los Raptors llegaron a tener diferencia a favor de 12 puntos.
Esto es sencillamente la magia de la NBA.
Este partido por encima de todo es un triunfo para la NBA por sus Playoffs geniales.
Cada partido es un thriller diferente.
Dentro de este partido espectacular hubo muchos mini partidos parciales.
Con Thompson afuera por lesión los Warriors jugaron otro partido.
Y sin duda el hecho de que este equipo tenga en su DNA el conocimiento de cómo ser campeones de la NBA, es una ventaja competitiva inigualable.
Su brillante toma de decisiones en fracciones de segundos puede marcar toda la diferencia.
Cuando faltan apenas 28 segundos y Danny Green mete ese triple sensacional y pone a los Raptors a 2 puntos, y los Warriors tienen a su genio Curry extraordinariamente bien marcado por los Raptors, aparece una rotación de balón al filo de la navaja, con casi pérdidas, y en una toma de decisiones genial, el balón va al MVP del primer anillo de los Warriors, Andre Iguodala.
Y allí es como si el tiempo para mí se hubiese detenido.
¡Qué toma de decisiones tan osada!
Andre Iguodala es fabuloso pero lo vimos casi lesionado al terminar el partido 1. En este partido 2 había metido un triple de 3. Wow.
Y Andre Iguodala, libre de marca, prepara su lanzamiento.
Todo lo veo en la cámara lenta de mis recuerdos.
Y lanza, y su lanzamiento luce en excelente dirección.
Y convierte ese TRIPLAZO, una nueva palabra que la RAE (Real academia española de la lengua) debe integrar en el diccionario. Porque decir triple en este caso se queda muy corto.
Hermoso partido.
Maravilloso trabajo en equipo de los Warriors.
El resumen del partido en una frase: La magia de los campeones como equipo lleva a los Warriors a ganar el partido 2.
Extraordinaria escuela de enseñanzas para la vida y para los negocios que es la NBA.
En el Big Picture del deporte este partido es una demostración preciosa de que las industrias deportivas como la NBA son motores de crecimiento personal, de los países y del mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Bienvenidos todos los comentarios respetuosos.