Barcelona con un Messi en estado de gracia había derrotado a Liverpool en el Camp Nou. Pero Liverpool había jugado un gran partido. En muchos pasajes del encuentro Liverpool fue mucho más que el Barcelona. Uno tenía la impresión que el destino había jugado a favor del Barcelona y contra el Liverpool. Hasta Mohamed Salah había visto como el palo cobraba vida para impedirle marcar. Messi había marcado 2 goles, uno de tiro libre, hermoso, digno de toda su grandeza. Para el partido de vuelta Liverpool no podía contar con su gran estrella Salah, lesionado. Tampoco con otro delantero estrella, Roberto Firmino. Barcelona llegaba al partido de vuelta con prácticamente todo a su favor. Pero sucedió lo que muy pocos imaginaron. Barcelona, con Messi y Suárez fallaron sus opciones de gol mientras Liverpool aprovechaba cada error del Barcelona para marcar. Contagiados por la fe, el conocimiento y la pasión de su entrenador Jürgen Klopp, Liverpool siempre creyó que era posible. Y el deporte como la vida premia a los luchadores y a los valientes. Y Liverpool logró la hazaña y con cuatro goles borró de la final al Barcelona.
Un hermoso premio para el Liverpool.
Un duro castigo para Messi y para el Barcelona.
Hermosas enseñanzas para todos. Una vez más el deporte nos recuerda que no se puede dar nada por perdido o por ganado.
!Gracias al futbol y al deporte en general!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Bienvenidos todos los comentarios respetuosos.