miércoles, 26 de junio de 2019

Opinión: Nairo Quintana y los escenarios estratégicos para triunfar o fracasar en el Tour


Nairo Quintana es un prodigioso escalador con unos logros fabulosos. Ha ganado Giro y Vuelta. Ha sido dos veces segundo y una vez tercero del Tour. La primera vez que fue segundo en el Tour tenía 23 años. 

A sus 29 años Nairo tiene la extraordinaria oportunidad para él y para su equipo Movistar de ganar el Tour de Francia 2019. El destino le ha jugado una mala pasada a Froome y a Dumoulin y por caídas serán grandes ausentes. Roglic corrió el Giro y no hará el Tour. Es un Tour abierto, con montaña que, por altura y tipo de los puertos, le viene muy bien a Nairo.

La temporada 2019 de Nairo permite suponer que va a llegar al Tour de Francia en una forma excelente. 

Para ganar tendrá que estar en una forma comparativa excepcional con sus principales rivales. Y esa forma comparativa sólo la podremos evaluar en el Tour. 

Como aficionado no tengo la información confidencial del desarrollo de su plan de entrenamiento que sólo la sabe Nairo y su equipo. Mucho menos tengo el historial reciente de sus indicadores en los entrenamientos o en las pruebas disputadas. Tampoco sé si su ataque “test” en el Dauphiné fue internamente exitoso, medianamente exitoso o alarmante de alguna manera. 

Mi lógica me indica que lo que dijo el equipo Movistar de que era un “test” fue exactamente eso. No cabe que fuese otra cosa porque en este ciclismo WT actual tan igualado ese ataque lejano a unos 11 kilómetros del final estaba condenado al fracaso. La subida habilitaba que los gregarios de los rivales de Nairo bloquearan fácilmente su ataque. Los gregarios de Nairo ya habían explotado, luego no hubo puente potencial alguno. 

Al momento de hacer su ataque “test” lo vi fácil. Al día siguiente vi al Nairo que transmite que está en excelente forma. Deduzco que si luego de su ataque el día anterior perdió unos 40 segundos con sus principales rivales fue porque sencillamente no quiso forzar y el “test” ya había cumplido su objetivo. Es que el Dauphiné es una prueba de preparación al Tour y es lógico hacer pruebas allí sin destrozar un plan de entrenamiento.

Son muy pocos los ganadores del Dauphiné que luego, en el mismo año, han ganado el Tour. Claro, Sky había hecho una exhibición con Geraint Thomas en 2018 y probablemente eso venía a hacer Chris Froome  para arriesgar tanto en un entrenamiento previo a la CRI que le costó una grave caída.

Adam Yates que en el Dauphiné 2018 fue segundo de Thomas a un minuto, en el Tour fue 29 a 1:17:35. Bardet que fue tercero en el Dauphiné 2018 a 1:47 de Thomas en el Tour estuvo mucho mejor que Adam Yates pero sólo le alcanzó para ser sexto a 6:57. Tom Dumoulin y Chris Froome que fueron segundo y tercero del Tour 2018 venían de hacer el Giro. Roglic que fue cuarto del Tour había ganado la Vuelta a Eslovenia y Steven Kruijswijk que fue quinto del Tour había corrido la Vuelta a Suiza, siendo octavo.

La conclusión es sencilla, el Dauphiné no es el oráculo de lo que va a pasar en el Tour. Lejos de ello.

Bajo ninguna lógica se puede llegar con la forma de su vida al Dauphiné cuando el Tour comienza 20 días después de su final. En el caso de Nairo que volvía a competir luego de la Vuelta a Cataluña, el Dauphiné no era más que un paso siguiente en su plan de entrenamiento.  

Yo veo dos escenarios extremos en el equipo Movistar con respecto a Nairo Quintana en su participación en el Tour de Francia. Un escenario maximiza las opciones de triunfo de Nairo y de Movistar en el Tour. El otro escenario maximiza la probabilidad de fracaso para Nairo y Movistar. 


Escenario que maximiza la opción de triunfo de Nairo Quintana y Movistar en el Tour


Movistar apuesta totalmente por Nairo Quintana como su Plan A y por Mikel Landa como su Plan B. Alejandro Valverde pierde deliberadamente tiempo en las primeras etapas para que en las etapas clave de ataque de Movistar pueda servir de puente. Movistar lleva al Tour un equipo que minimiza la pérdida de tiempo en la CRE, protege a fondo a Nairo y a Mikel, y da libertad de triunfos en etapas a Valverde. 

Movistar estratégicamente corre al contragolpe en el Tour 2019, y responde con dos brillantes escaladores a los ataques que van a venir de Ineos en su estilo clásico, tren a máxima velocidad y ataque en los kilómetros finales de sus líderes.

Movistar sólo corre al ataque si las circunstancias de carrera se lo indican. Por ejemplo, cede Thomas o algún rival importante y hay que sacar el máximo de ventaja. Otro ejemplo es que Nairo o Landa ataquen juntos o individualmente y tengan un puente.

Escenario que maximiza la probabilidad de fracaso de Nairo Quintana y Movistar en el Tour


El escenario de fracaso de Nairo es el mismo de su equipo Movistar. En el 2018 lo hicieron en el Tour y en La Vuelta. Le dan a Alejandro Valverde un liderazgo interno en el equipo, pero lo presentan ante el público como un gregario sacrificado por Nairo o Landa. En el Tour con tres líderes el equipo no protege bien a ninguno, se crea un caos interno, se destroza la confianza y autoestima de Nairo y Landa y se arruina todo. Y adicionalmente Valverde en la clasificación general si acaso será Top 15.

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